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miércoles, 27 de junio de 2012

Formación y aprendizaje: un desafío en las empresas de hoy


Por Diego Lo Destro.

El aprendizaje se puede definir como un proceso por el cual una persona adquiere y modifica habilidades, conocimientos y actitudes.
 No siempre es proceso conciente, todo el tiempo estamos aprendiendo. Aprender es un factor  necesario para la vida. Es un proceso permanente , un talento natural. De hecho, no podemos no aprender. Piense por unos momentos en un niño pequeño. Más allá de sus dificultades de dicción, al hablar puede armar una frase gramaticalmente correcta sin que le hayan enseñado ni gramática ni sintaxis.
Sin embargo, aunque el aprendizaje es un talento natural, tenemos preferencias sobre qué queremos aprender y cómo


Elija un punto de partida
Cuando las personas aprenden algo nuevo, pueden clasificarse en tres categorías:
1. Las que prefieren oír primero los conceptos, es decir, la teoría o filosofía en la que se apoya el material.
2. Otras prefieren oír la estructura, el cómo encajan las piezas o cómo funcionan las cosas.
3. El tercer grupo, prefiere saber el para qué sirve, es decir la utilidad, el uso y el valor práctico de lo que se aprende.
 Cada persona tiene una preferencia particular en cuanto a su punto de partida y la secuencia que seguirá para aprender. Dentro de un grupo de formación nos encontraremos posiblemente con las tres categorías, y por otro lado nosotros como formadores también tenemos nuestra preferencia particular.Dentro de un grupo de formación nos encontraremos posiblemente con las tres categorías, y por otro lado nosotros como formadores también tenemos nuestra preferencia particular

 Para lograr descubrir las preferencias , podemos comenzar practicando el juego de las tres cartas.
La primera carta contiene la teoría de lo que se aprenderá, los por qué. La segunda carta habla de la estructura y el cómo. Mientras que la tercera explica para qué sirve y la utilidad. Ahora permita a los participantes que ordenen según su preferencia las tres cartas. Ese orden le dará una idea de cómo prefiere aprender esa persona.





 Lo cierto es que no todos ordenarán las cartas de la misma manera, aunque haya coincidencias. Es por eso que durante la formación se deberá combinar las diferentes preferencias para que todos puedan aprender. En ocasiones empezaremos por la utilidad, en otras por la teoría o la estructura. Esto hará que el aprendizaje sea ameno, fácil y variado.

Sistemas de representación
Imagínese que va a comprar frutas. ¿Cómo logra darse cuenta si la fruta está madura? Si presta atención, notará lo siguiente: hay personas que las eligen por el color y el brillo, otras que dan cuenta de su madurez golpeándola y escuchando el sonido, y por último, otras prefieren olerla o hacerle presión para saber si está madura. Esto ilustra que las personas tienen distintas formas de absorber la información del medio.
Es por eso que durante el proceso de formación no todas las personas prefieren aprender de la misma manera. Así es que hay aquellos que prefieren hacerlo viendo imágenes que ilustren los conceptos, películas y representaciones. Mientras otros prefieren su canal auditivo. Estas recordarán lo que escuchan: prefieren las frases bien armadas, y las estructuras ordenadas y secuenciales. Sin embargo, otras tienen preferencias por las sensaciones. Estas últimas prefieren experimentar lo que aprenden e interpretar roles, lo que en PNL se denomina personas kinestésicas.
Los formadores excelentes utilizan en combinación los distintos sistemas representativos.
Si bien no podemos conformar a todos, sí podemos hacer un esfuerzo para llegar al mayor número de participantes, y no sólo informarlos sino, por sobre todas las cosas: formarlos.

 Fuente: SHT. Ser Humano y Trabajo ( promoviendo el desarrollo del talento humano)

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